Tras casi dos meses desde que se inició el confinamiento en España y en puertas de la desescalada, quiero comentar las lecciones aprendidas. Dar mi particular visión de la realidad, porque en esta “modernidad liquida”, de la que hablaba Zygmunt Bauman, ¿quien se atreve a pronosticar el futuro y la evolución de la economía?.
Pongo el foco de mis observaciones en el segmento del retail y los centros comerciales, áreas inmersas en plena transformación, y donde las soluciones económicas aportadas por las diferentes partes no han satisfecho a ninguna de ellas.
Comparto con todos mis 5 de lecciones aprendidas durante estos días:
1. La digitalización y la incorporación a nuestras vidas diarias de los nuevos hábitos


Seguro que es la más evidente y señalada por todos. Si bien es cierto que muchos de estos hábitos se venían trabajando hace tiempo, también es cierto que éramos reacios la hora de incorporarlos a nuestro día a día. El fenómeno acelerador de la digitalización nos ha afectado en ámbitos tan cotidianos como la compra online, el teletrabajo, la formación y hasta la misma asistencia sanitaria. No hay duda de que estos nuevos comportamientos han aterrizado para quedarse e incorporarse como hábitos cotidianos de nuestras vidas.
2. Economía real frente a economía financiada
Quizás no supimos extraer las conclusiones adecuadas tras la crisis de 2008, la de las subprime. Sí, aquella crisis fue principalmente financiera, frente a la actual que es global (sanitaria, económica y consecuencia de ambas, también será psicológica). La economía existente, es una economía financiada por los Bancos Centrales, que se han encargado de inyectar liquidez a los mercados y alejarlos de la realidad productiva. El tema financiero ha ganado peso sobre la propia actividad de los negocios, y ha dejado en evidencia la debilidad de muchas empresas, endeudadas por un dinero barato de obtener y financiadas en su actividad por el circulante.


3. Cooperación publico privada, cambios de usos
Algo tan arraigado al espíritu español, como es el quijotismo y la búsqueda de soluciones individuales no tienen cabida hoy en día. Habrá que trabajar de manera conjunta y remar en la misma dirección para hacer una reconstrucción sostenible económicamente y sostenida en el tiempo. Deberá haber una colaboración entre lo público y la iniciativa privada. No me estoy refiriendo a que hay que subvencionar las empresas y hacerlas dependientes, sino a flexibilizar los planteamientos y atender a las necesidades. Ha quedado demostrado que cuando hay voluntad entre las partes se pueden hacer los cambios y adaptaciones necesarios. En la mente de todos están los cambios de uso en instalaciones dotacionales y comerciales de titularidad privada realizadas por el consistorio madrileño, que han maravillado al mundo.


4. Falta de conocimiento de nuestras autoridades políticas e instituciones de la realidad empresarial privada e incapacidad patronal para transmitir la relevancia económica y social de su actividad
Estrechamente relacionado con el anterior. Ha quedado de manifiesto la falta de comunicación y entendimiento entre las administraciones públicas y las empresas privadas. Por supuesto que todos somos corresponsables, y lo que no se puede hacer es pedir sin aportar nada a cambio. Creo que será la clase empresarial, la que por su conocimiento de la realidad económica y social deberá liderar y transmitir a la sociedad la importancia de su actividad, como motor generador de riqueza al país e integrador social, con el apoyo del sector publico e institucional.
5. Paradoja sobre la actividad inmobiliaria y el retail en particular


En lo concerniente al sector del retail y centros comerciales, queda evidenciada la divergencia de intereses entre los propietarios y arrendadores de centros comerciales y los comerciantes. Por parte de los primeros creo que no han comunicado bien sus políticas de RSC y no han transmitido la importancia de su actividad. Tan importante es alquilar locales comerciales como vender trajes y vestidos. Cada negocio tiene su función en el sistema, y son complementarios. Por parte de los operadores comerciales, hay que diferenciar entre las grandes multinacionales y los pequeños negocios, pero ambos deberán hacer sus ajustes estructurales si quieren competir en un mercado global a golpe de clic.
Las conclusiones a estas lecciones en mi opinión son simples y sencillas, pero ya se sabe que esto no suele ser lo fácil ni lo común. En primer lugar la solución tendrá que ser negociada entre todas las partes. En segundo lugar, habrá que ser imaginativo en los planteamientos y flexible en los acuerdos. Por último, creo habrá que compartir y «mutualizar» las pérdidas, o como dice un amigo mío a la hora de pagar la factura del restaurante, siempre es mejor dos heridos que un muerto.