Empezamos el nuevo curso, y el escenario y la actitud de los actores político, económico y sociales me recuerdan al estribillo de la mítica canción “Blame it on the Boogie”, que popularizaron los Jackson 5 a finales de los ´70, donde Michael Jackson y sus hermanos justificaban ante su severo padre, sus ganas de salir a bailar y divertirse echándole la culpa de sus andanzas al «boogie».
Un psicólogo diría que echar la culpa a los demás no es más que una forma de no reconocer nuestros propios errores, de no ejercer nuestra responsabilidad.
El ser humano cae una y otra vez en un típico error: buscar culpables fuera de sí mismo, para cualquier problema. Si acertamos, es nuestra virtud, pero si erramos, seguramente será responsabilidad del otro. No hay más que echar la vista atrás y recordar nuestra etapa escolar, y ver que en el colegio los exámenes los aprobamos nosotros y nos suspendía el profesor.
No importa, cualquier excusa es buena para evitar afrontar la realidad y asumir los errores.
Pues bien, algo similar está ocurriendo en la sociedad actual, con unos políticos inoperantes, unas empresas voluntariosas, pero con baja productividad, y una sociedad civil cada vez más dependiente y adocenada, donde nadie, salvo excepciones, asume su verdadera responsabilidad.
Aplicado esto al terreno económico y en particular al comercial, retail y centros comerciales, observo que primero fue la llegada de las multinacionales y el modelo de franquicias, luego los fondos de inversión, más recientemente el e-commerce, el brexit y la guerra comercial China- EEUU y finalmente hemos acabado echándole la culpa de todos nuestros males al covid. ¿que será lo siguiente?
Con seguridad todos y cada uno de esos factores han afectado y condicionado la evolución de la actividad social, económica y comercial.
En este punto de inflexión donde se aprecia un cambio de modelo económico se ha demostrado que los básicos (localización/oferta comercial) son y serán determinantes a la hora del éxito de cualquier proyecto o actividad comercial y que la sostenibilidad no es una moda, sino una necesidad. En cuanto a los centros comerciales, veo que tiene que ser puntos de encuentro, integrados en su entorno, y vertebradores de diferentes actividades. Y en el centro de todo esto, EL CLIENTE.
Y por supuesto, que no va a ser un camino fácil, donde seguro cometeremos errores, de los cuales debemos aprender y responsabilizarnos. Pienso que hay que aceptar la situación, cambiar nuestros hábitos, tomar acción y ver en esta situación una oportunidad para hacer la transformación económica y social que necesitamos.
Don’t blame it on the sunshine,